Intentas regular tu identidad pero se te van de las manos. La dualidad que existe en tu cabeza mantiene a tu materia gris desconectada del mundo real, crees que los fantasmas de sabanas blancas realmente existen y comienzas a olvidar que los verdaderos están terminando con tu frágil condición humana.

 

El estomago esta vacío, los pulmones llenos de nicotina y el corazón enfermo.

Hablemos de riesgos, como droga, como tus manos alzadas al amanecer, intentando tocar el cielo de otoño que apenas comienza a aclarecer, las estrellas se pierden con el reflejo del sol y con ellas tu. Te desvaneces y cuesta que regreses, cuesta el hecho de tenerte cerca y que me hables de poesía, estas ahora sentado en algún rincón de mi habitación que se encuentra con las luces apagadas, sin embargo he pintado una constelación que brilla, una galaxia que esta en constante movimiento, porque en ella te busco, se que estas aquí, siento tu presencia matutina.  Apagas tu alma y te vuelves a perder, no hay salida, no hay lugar donde puedas estar, coexistes entre mi mundo y los fragmentos que dejas, te vuelves interestelar.